El mundo está aquí para que hagamos de él una locura. Una locura espontánea. A poder ser que sea así, sin pensar.
Así, dicho y hecho. Un par de movimientos y ¡listo!, empezar a caminar.
Lo mejor de todo es aparecer por sorpresa de un salto desde detrás del telón. ¡Tachaaaaaaaan!
El mundo está aquí para que hagamos de él una locura maravillosa.
Hagamos que un puñado de kilómetros que parecen cientos en el mapa, se hagan tan cortitos como un agradable paseo por el jardín cerca de casa.
Soñemos con soñar.
Pero no nos quedemos ahí. Soñemos con ver con nuestros propios ojos. Respirar. Mirar directamente. Que nadie nos lo cuente.
No creo que exista algo que no pueda ser. Todo puede ser.
Si puede ser en nuestra imaginación, también lo podemos tocar. No existe ninguna diferencia.
Tal vez la distancia pueda ser vista como una locura. ¿Y…?
El mundo está aquí para que hagamos de él una locura maravillosa.
Que no nos lo cuenten.
Que no se nos quede nada por hacer.
Un par de movimientos y ¡listo!, empezar a caminar.
Hace 5 meses una mañana desperté y me dije: me voy a Buenos Aires en agosto!! Sin pensarlo mas lo comunique a la familia y en dos días había comprado billete de ida y vuelta. Algo no planeado ni pensado en 14 años. Una locura maravillosa… La de volver a cruzar el Atlántico.
Una locura maravillosa doble… volver a cruzar el Atlántico y regresar de visita a la tierra que te vió nacer.
Abrazo gigante, amiga 🙂
Me encanta lo que cuentas y como lo cuentas. Soy fan tuya…jeje. Un beso.
Gracias guapa 🙂