«En algunas situaciones es mejor abandonar, en otras es importante perseverar, y en otras, simplemente tenemos que esperar y ver qué sucede. El truco está en saber distinguir en qué situación nos encontramos».
Esta reflexión la compartía una amiga a raíz de un libro que lleva entre manos (gracias Rosa por servirme de inspiración 🙂 )
La leí y pensé: tal cual el mar. Y ahora veréis por qué.
Últimamente vivo algunas situaciones que identifico con esta idea. Son situaciones en las que veo que tengo tres opciones para «pararme» (como dicen los argentinos) delante de ellas: me retiro para soltar la necesidad de permanecer como hace el mar cuando se retira de la orilla y lo hace en calma, con una quietud exquisita. Sin alterarse (de hecho yo diría que es el movimiento de mayor armonía y calma que le conozco al agua del mar). Me transmite aceptación, no retirada cabizbaja. Verlo en este punto me aporta bienestar y una sensación de saber estar. De saber soltar sin apegarse.
Otro camino a seguir sería el de perseverar. El de llegar una y otra vez a la orilla. Sin desfallecer. Hacerlo rítmicamente. Lograr integrarlo en la propia dinámica. Sin preguntarme por qué cuesta tanto trascender lo que se experimenta. Simplemente ser. Mantener el foco. Continuar en movimiento.
Y finalmente, puedo optar por mantenerme presente. Esperar sin dejar de observar y ver qué sucede. Es como cuando el mar está en calma prácticamente absoluta y parece no moverse. Parece inerte. Pero está. Permanece presente. Escucha el viento y el sol. Escucha a la noche. Conoce el momento justo para retomar su movimiento, buscar expresarse, avanzar o retirarse.
Josefinaa
Qué linda imagen! Retirarse con quietud exquisita. Es sabio el mar 🙂
danagawida
Muy sabio 😀
Carmen Medal Bartual
Muy chulo. Le pones palabras a muchas cosas que están dentro de mí. Gracias.
danagawida
A ti por estar en el lado de la lectura. Abrazo