Acabo de leer un libro que, casi en cualquier página, logra retratar perfectamente algún aspecto de lo que siento cuando escribo.
Se llama “el gozo de escribir”, de Natalie Goldberg (1). He descubierto a Nat (como ella se llama a sí misma) hace relativamente poco y he devorado con voracidad dos de sus libros en apenas dos meses. No parece mucho, pero teniendo en cuenta mi actual inapetencia por la lectura, haber leído con tanta avidez dos de sus obras y estar a punto de concluir esta tercera, me parece una auténtica proeza.
Una de las cosas que más me atrae de los libros que he leído de esta autora es sus sugerencias de ejercicios para conectar con el espíritu escritor. Sí, porque, aunque me apasione escribir, a veces me dejo vencer por la pereza y justamente dejo de hacer aquello que me surge hacer de manera más natural.
Esta tarde me he encontrado en mi sesión de lectura con una propuesta bien conectora: escribir en automático (2) la respuesta a la pregunta “¿por qué escribo?”. En realidad creo que esta práctica podría aplicarse a cualquier cosa que alguien reconozca como parte de su esencia y que, sin embargo, vive momentos de abandono en relación a eso.
A mí me ha servido para renovar mi compromiso con algo que forma parte indiscutible de mi identidad. Y renovar el compromiso con algo de este calado, a mi modo de ver, supone una renovación del compromiso conmigo misma.
¿Por qué escribo?
Escribo porque siento que puedo llamar a las cosas por su nombre con total libertad.
Porque logro parar el pensamiento y sencillamente fluir con la tinta sobre el papel.
Porque cuando aprendo algo o descubro algo a raíz de lo que vivo, me siento en deuda con la vida por habérmelo permitido. Y compartir con los demás lo que descubro en mí misma es mi forma de agradecer.
Escribo porque logro despegarme de todo y simplemente ser.
Porque escribiendo es como verdaderamente logro dar rienda suelta a lo que siento. Sin censuras. Sin juicios. Sin constricciones.
Porque escribir implica no tener cuidado y me permito ser auténtica.
Porque escribir me proporciona el placer de desplegarme cuanto y como quiero.
Porque sólo necesito un bolígrafo y un papel, y éstas son dos cosas que siempre llevo conmigo.
Porque es una tarea silenciosa que no molesta a nadie.
Porque me da la sensación de libertad.
Porque escribir me es tan propio como respirar o sonreír.
Escribo porque es algo que me permite ser yo misma. Sin tapujos. Sin miramientos y sin “y sis…”
(1) Goldberg, N. (2004). «El gozo de escribir. El arte de la escritura creativa». La liebre de marzo, SL. 244 pp.
(2) Es importante escribir en automático para que la mente no filtre las respuestas. No las censure. Para que salga lo que realmente quiere salir.
Eva
Pues ….. A seguir con esa afición que reconoces como muy propia de ti misma 🙂
María
Sí, me permite ser auténtica y sobre todo observarME a través de lo que llega al papel casi que de manera inconsciente.
Un abrazo grandote
Elena
María, gracias por este espacio, que es un remanso en la vorágine que nos rodea. Leerte es como estar fuera del mundo, bueno en realidad es estar integrada en el mundo, pero desde otra perspectiva, tocar bien la vida, de forma consciente y serena.
Es un poco contradictorio: cuando la agenda está repleta tengo la sensación de perderme la esencia de la vida. Y siento que la estoy perdiendo cuando la inactividad es la rutina.
Me gustan todas tus reflexiones, todas. Certeras, claras y con una mirada tranquila.
Te sigo en esta nueva etapa. Un abracito!
María
Gracias a tí por compartir, preciosa 🙂
En realidad la clave es mantener la atención, sea en el movimiento en el que estemos inmersas, o en la quietud del simplemente estar «sin hacer nada» (que también es hacer algo 😉 ). Si mantienes la atención, logras tocar la vida como tú bien dices.
Te agradezco tu comentario porque me recuerda la importancia de estar presente. Yo lo logro cuando escribo. Por eso me regalo momentos a solas con el lápiz y el papel. Es mi truco para reconectar y «no irme demasiado».
Abrazote
Rosa
A todo lo que dices y que comparto plenamente, añadiría que escribo para encontrarme y reencontrarme. Para poner en orden mi interior y para no olvidar quien soy.
Gracias bella alma por compartir tu ser.
abrazo de sonrisas encontradas
María
Totalmente de acuerdo… «poner en orden mi interior y no olvidar quién soy». Tal cual!!
Gracias a tí, preciosa, por seguir caminando tan cerca. Un abrazo enorme