En esta ocasión te propongo que te regales un tiempo para escuchar.
En el tipo de escucha al que me refiero, en realidad, no interviene el sentido del oído. Hablo de una escucha profunda. Más allá de los ruidos que enmascaran el sonido que navega por debajo, sin llamar demasiado la atención y que, sin embargo, está ahí. Sí, justo ahí, dentro de tí.
Ponte a la escucha, coge papel y bolígrafo y ábrete a explorar qué te cuenta tu propio sonido.
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Si te visita alguna sensación durante la práctica y sientes que te gustaría compartirla, espero tus comentarios al pie de esta página.
Te mando un abrazo y te deseo una práctica llena de claridad.
info@lapizpapelytierra.com
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