
Escribir con el corazón
(por Silvia Albuja)
Una mañana, cerca de cumplir los catorce experimenté una sensación extraña.
Aún con el pasar de los años no logro encontrar una explicación lógica, a este evento. Esa mañana, mi madre pensó que mis delirios eran la consecuencia de una fiebre alta. Me consoló sin dar respuestas a mis cuestionamientos filosóficos ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí?
¿Recuerdas tu última crisis existencial?
Desde aquel suceso, entrar y salir de hospitales se convirtió en una constante en mi vida. Hace cinco años, me desvanecí en el aula de clases. Solo recuerdo abrir los ojos y verme sobre una camilla conectada a un suero. La rutina era la misma: análisis, exámenes y enviarme a casa.
Ese momento de inflexión en el que te encuentras suplicando al cosmos, al universo o a Dios que ya no puedes más y que te brinde las respuestas, llegó a mi vida y descubrí que la historia que me narraba a diario ya no me gustaba interpretarla. Era la protagonista de un relato en el que no encajaba y en el que no era feliz.
En esta parte del camino decidí, que la única forma de salir del libreto era que escribiera mi propia historia.

Desde el primer capítulo tuve la certeza que no sería fácil. La incomodidad, el miedo, la incertidumbre, es el viaje del héroe que entre la ficción y la realidad descubrimos que contiene una verdad oculta.
En mi viaje hacia adentro descubrí, que estamos conformadas por varios cuerpos, que mi cuerpo físico me gritaba y alertaba de algo que me negaba a advertir. Sin darme cuenta me había sumergido en un laberinto de inconsciencia. Vivía con el piloto automático sin conectar con mi verdadera esencia.
Luego de recorrer varias alternativas, como ayurveda, reiki, biomagnetismo, chamanismo, constelaciones familiares, psicología clínica y psiquiatría, terminé sentada en un salón junto a otras treinta personas en un retiro de respiración y meditación.
Meditar fue lo mejor que me pasó en la vida. El gurú dice:
“Cuanto más quieres controlar tu vida, más pierdes el control. Cuanto más te rindes, más te conviertes en el amo de tu vida. El momento en el que estás a punto de rendirte, es el momento antes que el milagro suceda” (Sri Sri Ravi Shankar).
Meditar y escribir
Según estudios científicos se estima que tenemos un poco más de setenta mil pensamientos diarios, la mayoría de estos son negativos, repetitivos y del pasado.
Meditar y escribir nace, de la necesidad de conectar con esa parte dentro de ti, que grita por tener un espacio. Nace, con el objetivo de sumergirse en un viaje para ordenar ideas, detectar bloqueos, estimular la creatividad y sobre todo observar las emociones utilizando recursos como la meditación y escritura.

Gracias a mi propia experiencia de vida, puedo asegurar que escribir sobre una misma, es una forma de explicarse en el mundo. Me ayudó a reinventarme y a buscar un nuevo centro desde donde reinterpretar mi historia y darle un sentido. Escribir, me permite construir un relato coherente y único, a fin de cuentas, puedo ser la protagonista y la narradora de mi propia aventura, con el poder de editarla cuantas veces quiera.
Los espacios de meditación y escritura, son un lugar de encuentro para contar historias. Juntarnos a compartir y hablar de esas cosas que nos pasan. Acompañarnos y emprender un viaje para mirar hacia adentro. Compartimos historias y herramientas para transitar por algún que otro sendero. En mi viaje, me he podido encontrar perdida en diferentes caminos y paisajes, desde los más profundos y oscuros hasta los más alegres, y gratificantes. Mi propuesta es que con cada sesión, nos conectemos con la alegría de vivir y disfrutemos del momento presente, de un espacio de seguridad, respeto y cariño. No se comparte nada que no se quiera. Los textos que se escriben son privados.
Por eso, son talleres muy personales e íntimos, en los que se perciben las emociones, se observan y se transitan.

Nada de lo que comparto en las sesiones son una verdad absoluta. Solo espero sembrar una semilla que te permita continuar con tu propia travesía. Meditar y escribir es una invitación a cuestionarlo todo y a emprender tantos viajes como se te presenten en la vida.
Porque al final del cuento comprendí que la aventura no es como se la vive, sino como se recuerda, y comparte. Somos protagonistas de nuestra historia, con la libertad de elegir el guion que queremos interpretar.
Contacto
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Correo electrónico: silvialbuja@gmail.com
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Foto: Michal Mrozek (En: Unsplash)
Muy buena propuesta Silvia. A mí, meditar me abrió la puerta a mundos insospechados. Muchas veces escribo después de meditar y encuentro guía para mis pasos.
Éxitos!
Josefina
Gracias Josefina por tus palabras, sin lugar a dudas, escribir nos ubica en otro lugar desde donde podemos revisar las cosas con mas perspectiva.
Muchísimas gracias por darnos a conocer esta historia con alas, María y Silvia. Me ha llenado de esperanza. Te seguiré en las redes sociales, Silvia.
Pesé a los años que tengo, no sabia que la meditación, viene de la mano con escribir, narrar vivencias de tu vida, llegar a conocerte aún más, las madres deberíamos aplicar esta técnica para así poder orientar de mejor manera a nuestros hijos, gracias Silvita por ayudarme a quererte cada día mucho más