Disfrutar ya fue una palabra que elegí para que me acompañara algún año atrás. Pero la coletilla a tempo lento le suma intención.
Retrata el hecho de darme cuenta que la inercia a hacer ipso facto, va más allá de un perfil según el diseño humano. Todo bien si es así. Pero si genera desazón, ahí ya no está todo tan bien.
Si la prisa aparece en un momento en el que, lo que realmente quiere decir “estoy escapando a …”, o “tengo miedo a perderme tal o cual cosa”, hay que pararse un momento y recalcular.
Por esta razón quiero volver a traer a mi vida el disfrute. Y quiero hacerlo a una velocidad tal que sea capaz de detenerme en el aleteo de una mariposa si me lo pide el cuerpo. Hacerlo sin que se me pasen por alto los brotes nuevos que inundan el paisaje después del gran incendio de este verano. Y, sobre todo, vivir estos instantes a pleno pulmón sin cuestionarme si se trata de algo productivo o no.
Una velocidad lenta en los momentos que así desee que sea. Para sentir cómo atravieso la vida y dejar de tener la sensación de que es la vida la que me atropella sin preguntar.
Fruto de esta intención, pongo de nuevo en movimiento este espacio.
El cuaderno nómada.
Honrando también el adjetivo.
Porque cuando pienso en los nómadas, imagino una gente que viven a tope el viaje también. No solamente los lugares a los que llegan.
La imagen que tengo es la de las manadas de animales cambian de paisaje siguiendo los lugares donde el alimento y el agua es más abundante.
La de las bandadas de aves que migran, deteniéndose cuando lo necesitan para repostar y recuperar energía, y después continuar. Proseguir al día siguiente, unos días más tarde o incluso esperando a que cambie la estación.
De momento retomo la actividad de Lápiz, Papel y Tierra compartiendo lo que vaya escribiendo en el Cuaderno Nómada.
La escuela, los cursos y talleres quedan en stand by, y el bolígrafo repartirá su dedicación poniéndose al servicio de otros proyectos, algo que también disfruto un montón y que practico desde hace un tiempo.
Las demás propuestas que sueño emprender sin dejar de tomar tierra con el lápiz y el papel, se irán definiendo con el tiempo.
Andando y viendo.
Charo
Ay, María, qué alegría volver a leerte! Justo inicio el año deseando de vivir a tempo lento, conectando con mi cuerpo y con mi esencia.
Un abrazo, amiga.
Charo.
María
Vivir a la escucha del cuerpo. Qué buen motor para empezar el año.
Un abrazote