Desde hace un tiempo, al despertar, una de las primeras cosas que hago es escribir tres páginas en modo automático. Se trata de una técnica cuyo objetivo es despertar la creatividad.
Para mí, resulta ser una manera de volcar sobre el papel de manera espontánea aquello que acude a mi mente en ese momento. Algunos días mi consciente no sabe sobre qué escribir. Pero no importa, simplemente me siento y dejo fluir la tinta sobre el papel. Al poco tiempo de empezar, me doy cuenta de que las ideas se organizan por sí solas, y la mayoría de las veces lo hacen de manera que me permiten entender muchas de las experiencias y de las situaciones que vivo en ese momento. Generalmente, escribir de este modo me permite reflexionar casi de manera inconsciente sobre detalles de lo que vivo que no alcanzo a ver de manera consciente aún proponiéndomelo.
Para mí, estas páginas resultan ser de mucho valor porque me ayudan a entender y a entenderme.
Me gusta llamarlo escritura intuitiva.