Existen lugares que siento que me vibran de manera especial.
Hago un repaso mental por algunos de ellos y no encuentro nada en concreto que les sea común. Si bien es cierto que muchos de ellos se sitúan en la naturaleza, no es ésta una característica exclusiva porque encuentro otros muchos que se localizan en la ciudad, en el interior de edificios incluso.
Me parece que lo que se repita va un poco más allá de las características físicamente visibles que los definen. En realidad percibo que son lugares que me inspiran. Y digo que me inspiran porque siento que, cuando estoy en ellos, me mueven a respirar profundo. Sin prisa.
Si existen personas en ellos, son espacios que palpitan con ellas. Que parecen estar en simbiosis con las gentes que los habitan. Lugares que existen al compás de sus gentes y viceversa. Lugares en sintonía.
Si, por otra parte, son espacios abiertos, en la naturaleza, en los que es ser humano está ausente o logra estar presente pasando desapercibido, los percibo como lugares altamente conectados.
En cualquier caso, tengo la sensación de que son lugares que escuchan. Que hablan lo justo para compartir esa sensación de bienestar. Que son lugares que vibran al compás de lo que son.
Cuando entro o llego a un lugar en el que no he estado antes, noto que despliego un radar que se ocupa en captar qué tipo de vibraciones lo habitan.
A lo largo del tiempo he mapeado algunos espacios que me resultan especialmente inspiradores. Muchos de ellos se localizan en el mapa de lo natural que me rodea más o menos cerca. Estos puntos son aquellos en los que pierdo los pasos de mis caminatas ginkgo (ver proyecto «43 pinceladas de tiempo»). Generalmente son puntos de recarga energética para mí (ver entrada «color, suavidad y sombra»).
Otros, son espacios que asocio a gente conocida que me transmiten de manera particular. Con los que comparto y no me siento ajena. Puede ser la casa de alguien o un lugar que visito con personas con las que me siento vinculada de manera especial.
Son lugares en los que entro, o a los que llego, y que me mueven a sentir que estoy en casa y en los que podría quedarme al margen del tiempo.
Bello. Gracias. Magia.
Gracias a ti por contribuir a recargar pilas. Abrazo grande