De las «43 pinceladas de tiempo», algunas traviesas se escaparon del cesto y visitaron a personas amigas que nos brindan las sensaciones que en ellas despertaron al leerlas. Gracias por compartir! 🙂
Haiku 13. Almendros en flor.
Rincón al descubierto.
Sencillez plena.
María tiene el poder de hilar palabras que unen culturas y tiempos, versos en los que reconocerte, pasando del yo-individuo al yo-todo (LUCÍA).
Haiku 20. Hojas danzantes
saliendo del letargo.
Murmullo de agua.
Gracias por hacerme ver que tengo que mover… Ahora sé de qué letargo se trata… (TONY).
Haiku 21. Cielo nocturno.
Alambique de abrazos.
Fresca la arena.
Tus haikus. Mi haiku. Pocas palabras para decir mucho. Una gran sorpresa encontrarte tras ellos. Lo leo. Me escucho. Te siento. Mis brazos se convierten en un retorcido y redondo alambique en los que abrazar y sembrar … No hay demasiadas palabras … Solo imágenes en mí … (LEDA).
Haiku 28. Rastro de piedra.
Grieta de terciopelo.
Vivo el cemento.
Viure el ciment me costa, però veig que hi ha moltes persones que viuen sobre el cement, lluny (interiorment) de la natura., del cosmos, del Tot.
Grieta de terciopelo. El terciopelo, per a mi, és suau, delicat, que acarona l’ànima. ¿Grieta? ¿Que sols està amagat, a un lloc dificil?
Rastro de piedra. Un «rastro» és quan deixem alguna part de nosaltres que altres poden identificar i seguir. ¿De piedra? Ufffff és difícil, doncs les pedres no poden deixar rastre …. (ROC).
Gràcies Maria de La Surera per les teues iniciatives.
I per estar a prop.
Gràcies a tú per compartir 🙂