Hoy he cerrado la puerta de mi antiguo hogar. El que me acogió durante los últimos 10 años. Uauuuu!!!, suena importante el número 10. Él me acogió en mis idas y venidas. Geográficas y también emocionales.
Ayer me regalé un ritual de cierre y agradecimiento por todo lo vivido y compartido ahí.
Hoy me desperté por última vez en aquel hogar y agradecí de nuevo. Esta vez por el camino que inicio en otro lugar. Reconozco que estoy un poquito nerviosa. Construir de nuevo en otro lugar es como empezar de cero en muchas cosas. En otras tal vez no tanto porque lo que se va aprendiendo en la vida nos acompaña siempre, allá donde vivamos.
Me siento un poco azul mar. Nací en el Mediterráneo, como canta Serrat. Y eso es algo que va muy metido en mí. Me siento un poco azul mar cuando reconozco que la ciudad en la que nací me llama cada tanto (de hecho lo hace cada pocos días). Me gusta acudir a su llamada y dejarme abrazar por ella. Allí están las calles que he recorrido durante tanto tiempo. Las gentes que quiero y que me han visto crecer.
Ahora miro hacia los árboles. Me siento un poco árbol también 🙂 Hay quien me llama Mary de los bosques 😉 Me gusta perder mis pasos rodeada de verde. Es la misma sensación que cuando paseo mi mirada sobre la superficie del mar. Exactamente la misma. Me enajeno totalmente y logro conectar con lo que soy.
Hoy empiezo un nuevo camino de vida. Y a él sumo este reto: construir manteniendo los vínculos. Abrir sin cerrar del todo. Investigar y curiosear en lo nuevo respetando lo que me trajo hasta aquí. Un reto interesante.
Para mí vivir en un lugar es algo más que permanecer en él. Que ir a dormir. Que trabajar ahí. Significa salir por la puerta y reconocer. Reconocerme. Contar y escuchar. Construir y permitir que me construya. Esto es lo que hice junto al mar. Hoy empiezo a hacerlo junto a los árboles.
Respiro hondo y empiezo a caminar…
Un nuevo hogar para mí es la oportunidad de reinventar tu lugar en la vida …. Y te deseo mucha luz …
Gracias, preciosa. Atenta a las nuevas oportunidades… 🙂
Así sea compañera… somos caminantes… cerramos una puerta y abrimos otra… sigue tu camino por esos estupendos bosques de Espadán… (aunque algo calurosos en verano..:)
Quien camina sabiamente, descubre cielos a cada paso 😉 (F. Rielo) Un abrazo preciosa. A seguir caminando, a seguir descubriendo.
Otro para tí, viajera de las antípodas 🙂