A veces trato de buscarle tres pies al gato. Sí. Es como si, de repente, perdiera uno de vista. Sé que el gato sin los cuatro «pies» deja de ser gato. Y, aún así, me empeño en no ver la cuarta pata.
A veces trato de buscar respuesta o razón de ser a algo que no la tiene o que, al menos, no está disponible para mí. Seguramente esas veces no es significativo que conozca todos los detalles. Es muy probable que, sencillamente, haya de tomar las cosas tal y como vienen. Sin buscar más explicaciones. Sin tratar de entender más.
Lo que no se muestra (y menos si no lo ha hecho después de un tiempo más que prudencial), es que no está pensado para aportarme un gran valor. Economía de información: para qué tenerla si no es significativo para mi crecer. Es muy posible que esté visible para otras personas para las que sí sea valioso en su propio caminar.
De nuevo la atención. Este elemento del que, si me despego, me lleva a enroscarme en búsquedas interminables. La vida es. Con sus sentidos y sus ausencias.
A veces quiero comprender al máximo todo lo que vivo. Y puede que para mí lo importante sea vivirlo, sin más. Sin tratar de buscarle tres pies al gato. Claro, esto implica confiar. Confiar también en que no necesito saber por qué me encuentro una parte de lo que me encuentro en la vida.
No quiero decir con esto que haga huelga de brazos caídos y haga oídos sordos a las resonancias que me llegan y que me descubren cuestiones de mí misma que, de otro modo, no vería. Me refiero al empeño por entender qué es lo que mueve a los demás. El sentido y los aprendizajes de las demás personas con las que comparto este camino de la vida son los suyos propios. Pero, a veces, en mi tendencia a tomarme las cosas personalmente, intento buscar si tiene que ver conmigo. Y sigo tratando de encontrarlo aún con el paso del tiempo, cada vez que escucho la misma cantinela.
Empiezo a pensar que todo es mucho más sencillo. Que es posible que aprender a no reaccionar y a no hacer suposiciones, sea el aprendizaje que a mí me toca. Que las explicaciones y las lecturas concretas, no siempre tiene sentido para mí que se revelen. Y, por esa razón, no me llegan.
Respiro…
Y me doy cuenta de que este gato también tiene cuatro patas.
lo has visto!