Un día inspiras, y a continuación espiras.
Al instante siguiente vuelves a inspirar, para espirar después.
Al día siguiente inspiras, y también espiras. Entonces… silencio… No vuelve a sonar tu inspiración. Han pasado unos segundos. Luego minutos. Sí. Definitivamente no vuelve a sonar tu inspiración. Ha pasado demasiado tiempo como para disolver cualquier duda. No. Ya no respiras. Te fuiste.
Y desde aquí, desde este lugar en el que continuamos inspirando y espirando, este lugar desde el que antes se me hacía un nudo en la garganta tratando de digerir que ya no volvería a verte, ahora me quedo preguntándome cuántos de tus sueños hiciste carne. Si todos los abrazos y los te quiero que proyectaste dar y decir, los expresaste. Si todos los paseos junto al mar que te hubiera gustado disfrutar, te los regalaste.
Me quedo pensando todo esto y vuelvo la mirada hacia mí. Y repito la pregunta cambiando el foco: ¿y yo?, si dejara de hacer circular el aire en el instante siguiente, ¿dejaría limpia la lista de pendientes?, ¿me iría sintiendo que lo que elegí priorizar lo elegí libremente? Como se suele decir, ¿partiría en paz conmigo misma?
Inspiro y espiro.
No sé si es tanto que piense que al segundo siguiente pueda dejar de tomar aire. Pero siento que, inconscientemente antes y ahora, con mayor frecuencia de manera consciente, cada vez tengo más integrada la futilidad del existir. Que el sentido de la impermanencia cada vez tiene para mí un carácter menos dudoso.
Sigo caminando. Sigo respirando. Y voy existiendo intentando practicar el vaciado diario de la bandeja de entrada.
No porque se trate de no dejar nada pendiente, sino porque siento que la clave está en marchar en calma sabiendo que se vivió la vida que se eligió vivir.
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No, este texto no está dedicado a las personas que ya no están. Sino a las que seguimos habitando a este lado, agradeciendo que gracias a la partida de las primeras, nosotras tomamos conciencia de nuestra futilidad.
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Foto: Coti Malatesta
Concha
Maravilloso Maria!!
María
Gracias por ser fuente de inspir-acción
Un abrazo grande
charo
Sin comentarios, María. Me has dejado con la boca abierta…y con muchas preguntas rondando en mi cabeza…y el miedo a no haber vivido todo lo que quiero vivir…miedo..
Un besazo, amiga.
Charo.
María
Siento que el miedo se diluye viviendo 🙂
Un abrazo
Constanza
Muy intenso Mery. Gracias por usar mi foto!!!! 😀 😀 😀 Un abrazo grande!
María
Gracias a tí, Coti, por compartirla 😉
Abrazote