El invierno estuvo aquí desde siempre.
Las gentes que vivieron en cuevas, que se reunían en círculos de piedra y danzaban alrededor del fuego, ya lo conocían.
Los amaneceres cubiertos de bruma, el sol acogedor del mediodía y las noches largas, ya existían entonces.
En aquel tiempo, como ahora, la escarcha despertaba mucho antes que nadie y los atardeceres fugaces ya teñían el cielo con raudas pinceladas rojizas en un abrir y cerrar de ojos. También en aquellos tiempos ya se sabía que era invierno.
Entonces la nieve cubría con su manto las laderas de las montañas anunciando un buen año de cosechas. Era en esos momentos cuando el invierno se notaba más presente.
Pues sí. El invierno nació casi al principio. Muuuuuuu… cho antes de que los árboles perdierán su identidad y se convirtieran en «de navidad». Milenios antes de que las luces hicieran su aparición cegadora o los villancicos se inventaran.
El día 21 de diciembre se inicia la época del año de recogimiento en el hemisferio septentrional. La época fría ideal para vivir alrededor del fuego. Para andar despacio y recargar energías para poder dar luego la bienvenida a la primavera.
Por eso, me gustaría felicitaros un muy buen invierno.
Lleno de momentos compartidos. Pero también de encuentros contigo misma. De celebración y agradecimiento por tener la oportunidad de revisar para volver a proyectar.
Me gustaría felicitar el invierno y recordar la importancia de no perder la conexión con la rueda solar que parece desdibujarse entre el bullicio de las campanitas, las montañas de regalos y otros excesos.
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Este texto lo escribí cuando entraba el invierno el año pasado, pero todos los años tengo la misma sensación, y siento que sigue vigente la necesidad de recordar que el invierno existió mucho tiempo antes de que las calles fueran tomadas por la navidad.
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Foto: Ray Hennessy (En: Unsplash)
Muy necesario que algo o alguien nos vuelva a situar en la época verdadera y ancestral que llevamos dentro, sin ser conscientes de ello. Espero que ni siquiera en mi pensamiento más profundo llegue a quejarme del «mal tiempo» que necesariamente va a llegar.
🙂 Agradeciendo TODO, sin dejar NADA fuera.
Un abrazo grande
Gracias por recordarnos el verdadero sentido de las cosas, maria!
A tí, por compartir esta vibración. Un abrazo
Me encanta, María. Feliz invierno.
Bellísimo, María. Me encantanlas reflexionen que se mezclan con historias. Gracias y feliz invierno para ti también.