Soy de la opinión de que todas las vivencias nos traen aprendizajes. Como si fueran regalos que vienen acompañando cada experiencia.
Creo saber qué es lo que estás pensando… Sí, aquellos momentos que no son tan «agradables», después de un tiempo, mirándolos en perspectiva, también reconozco que me regalaron algo interesante aunque «in situ» no fuera capaz de verlo con claridad.
Te propongo un juego: imagina que eres la persona que protagoniza una película. Tu película. Se titula «mi vida». Tu vida.
Visualiza que introduces el pendrive o conectas el discoduro en el dispositivo que utilices para ver pelis, o simplemente que le das al «play», pero hazlo para rebobinar hacia detrás el contenido. Mira la pantalla, pasa la película a velocidad 4x, 8x…
Los que nacimos fuera de la era digital acordémonos de aquellas cintas de VHS que podíamos rebobinar viendo a cámara rápida cómo retrocedía el argumento de la historia.
En cualquier caso, rebobina.
Llegado un momento, dale al «stop». Para el rebobinado en un punto al azar. Selecciona el «play» de nuevo y visualiza el paso de las imágenes a velocidad normal.
¿Qué pasaje de la película de tu vida has seleccionado al azar?
Piensa en el primero que venga a tu mente. Centra tu atención en un punto en la línea del tiempo de tu existencia.
¿Qué aprendizaje te trajo aquella vivencia?
A continuación te dejo el enlace a una nueva consigna para poner en práctica a partir de este punto tu habilidad con la escritura intuitiva. Deseo que la disfrutes.
Recuerda compartir este material con las personas que creas que les puede interesar.
Un abrazo.
Sonríe y escribe 🙂
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