Creo que por lo mismo que nos cuesta tanto abrirnos.
Transparentarnos. Desnudarnos.
Mostrarnos tal y como somos.
Sin tapujos.
Sin dobleces. Tal cual.
Sin máscaras ni disfraces.
Sin la necesidad de escondernos o pasar de puntillas.
Tal vez no somos por miedo a vibrar. A hacer ruido.
A gritarle al mundo que estamos vivas.
Que queremos estarlo.
Que estamos dispuestas a seguir estándolo.
¿Por qué creo que no soy?
Seguramente por la misma razón que creo que no me lo merezco.
Que no estoy a la altura o que no doy la talla.
Que no alcanzo a llegar.
Que no seré capaz.
Que tal vez no vale la pena intentarlo porque la partida ya está decidida.
¿Por qué creo que no soy?
En realidad no sé si existe una respuesta en el presente. Simplemente aparece la pregunta. Y eso me lleva a cuestionarme en mi actualidad y, sin embargo, puede que no sea aquí donde habita la respuesta.
Ya fue (como diría alguien que yo me sé 😉 ).
(…)
Soy porque elegí serlo.
Porque un buen día, me levanté y me lavé la cara.
Me decidí a abrir la ventana de par en par y dejar que el sol entrara.
Luego apareció la luna. Y volvió a salir el sol.
Y todo estuvo bien.
Soy porque en algún momento me dí permiso para probar.
Quizá todo empezó como un juego y simplemente fue eso. Un juego.
Soy porque sostuve la ilusión de seguir jugando. De seguir probando.
Y descubrí que lo que había comprado hasta ese momento, ya no me servía. Ya no me colmaba.
Y fue entonces cuando, lejos del juego y con los pies sumergidos en la tierra, me prometí a mí misma que continuaría en movimiento para seguir siendo, aunque aparecieran momentos de incertidumbre y de flaqueza.
Soy, sencillamente, porque ésa es la esencia que viaja en todos y cada uno de los seres humanos.
Al margen del tener y del hacer, el ser es lo que nos define.
Nada más.
El resto son disfraces, postizos, anexos, máscaras, camuflajes…
Constituyen lo que nos desdibuja, lo que facilita que nos separemos de lo que verdaderamente nos habita: el propio ser.
Sin más. Sin ningún apellido.
¿Eres?
Sí, tú.
La persona que está leyendo estas líneas. ¿Eres?
______
Foto: León Contreras (en Unsplash).
Si,a veces pienso que me pasó demasiado tiempo,buscando mi luz interior,y me llegan también las dudas,supongo que dudar es de humanos,es diciembre cierro un año una década,y espero que la vida me diga que sí que soy,que estoy para agradecer siempre,y a ti María gracias por estar siempre.
Definitivamente SOY, dejando de mirar fuera y volviendo a mirar dentro, en esa niña que vive en mí, mi esencia. Conectando con ella me re-descubro. Creo que perdemos la sabiduría interior a medida que crecemos y nos condicionamos con lo de fuera por todo lo que has dicho. Hay opción, siempre nos queda variar el rumbo, virar la mira y tomar la decisión de conocernos, sanarnos, posicionarnos, reivindicarnos. Re-aprendo y poco a poco lo logro. Gracias por tu compañía María. Besos
Gracias a tí por caminar tan cerquita 🙂
Un abrazo, compi
Cómo me gustan tus textos y éste especialmente 🙂 gracias por compartirlo¡
Un placer que vibremos en sintonía, tocaya 😉