NUESTRO CEREBRO
El descubrimiento más importante de la neurociencia es que nuestro sistema neuronal está programado para conectar con los demás. El diseño del cerebro nos convierte en seres sociales. El ser humano es un ser social por naturaleza.
Cacciopo, considerado como uno de los pioneros de la neurociencia social, apunta que el mundo social influye en nuestro cerebro y en nuestra biología (Cacioppo y Bernstson, 1992). Sus primeras investigaciones pusieron de relieve que, cuando nos hallamos en una relación tensa, la tasa de hormonas del estrés aumenta hasta niveles que resultan perjudiciales para algunos de los genes que controlan la producción de células que se enfrentan a los virus cuando estos atacan nuestro organismo.
Por otra parte, son numerosas las investigaciones que combinan los estudios psicosociales con la neurobiología, que han puesto de menifiesto que las relaciones que establecemos tienen un efecto en nuestro cerebro y, a través de él, en nuestro cuerpo y viceversa (Romo, 2014). Este proceso tiene lugar porque las sensaciones resultantes de nuestro encuentro con otras personas, conducen a una descarga hormonal que regula el funcionamiento de nuestro cuerpo, desde el corazón hasta el sistema inmunitario. Relaciones estresantes pueden llegar a tener efectos a nivel de la expresión de ciertos genes que regulan el funcionamiento del sistema inmunológico. Del mismo modo, las relaciones positivas que nos nutren, tienen un impacto que favorece un organismo más saludable puesto que contribuyen a la liberación de hormonas con un efecto placentero, de mayor bienestar.
Traducido al lenguaje corporal, las relaciones que experimentamos como tóxicas, contraen nuestro cuerpo y llevan a que se pongan en circulación hormonas que dañan nuestro organismo. Por su parte, las relaciones que vivimos como positivas, expanden nuestro cuerpo y liberan al torrente circulatorio hormonas que contribuyen a nuestra salud fisiológica y emocional.
En un artículo anterior publicado en este blog hablamos de la neuroplasticidad como la capacidad del cerebro para establecer nuevos “senderos” neuronales y afianzar aquellos que tienen que ver con patrones que repetimos. Esta es una buena noticia en relación con lo que hablamos aquí porque da sentido a la teoría de que en función del tipo de relación que establezcamos con las demás personas, estaremos contribuyendo a fortalecer unas rutas neuronales u otras y, por lo tanto, estaremos fomentando una condición más o menos saludable de nuestro organismo.
Somos conscientes de que una buena parte de la calidad de los vínculos que establecemos tiene que ver con la manera en que nos situamos en las relaciones. No podemos cambiar lo que viene del otro lado, pero sí tenemos la capacidad de elegir cómo gestionamos la parte que nos concierne.
Llegados a este punto, nos damos cuenta de lo importante que puede llegar a ser gestionar las emociones que establecemos con otras personas. La clave de una buena parte de nuestra salud reside en cómo realizamos esta gestión, cómo nos situamos en nuestras relaciones y cuál es la base que construimos para asentar los vínculos interpersonales.
¿POR QUÉ ESCRIBIR?
En 2007, White planteaba que para dar significado a la experiencia vivida, necesitamos organizarla. La autonarrativa de nuestra propia vida, es el marco primario que hace posible el darle significado a la experiencia vivida.
El modo narrativo situa a la persona como protagonista, como participante en su propio mundo. Un mundo en el que volver a contar una historia es contar una historia nueva. En el que la reescritura se convierte en un proceso en el que participan tanto las experiencias que vivimso, como las relaciones que establecemos (White y Epson, 1990).
La palabra escrita abre caminos diversos a través de los cuales la persona se ve a sí misma al tiempo que también se encuentra vista a través de los ojos de las personas que forman parte de su vida. En este segundo caso, escribir abre espacio para cambiar la relación generando nuevas maneras de interactuar puestas de manifiesto a través de las historias narradas (Campillo, 2011).
NEURONAS Y VÍNCULOS SALUDABLES
Volvemos a nuestro cerebro.
Existe un tipo de neuronas particular que se llaman de Von Economo, en honor al apellido de quien las descubrió en 1920. Son las menos numerosas de nuestro sistema nervioso, pero son las de mayor tamaño y las que conducen la información a mayor velocidad. No producen pensamientos por sí mismas, pero los conducen de un lugar a otro. Son como el director de la orquesta y se ocupan de que el flujo de información tenga lugar de manera efectiva. Están alojadas en una parte del cerebro muy conectada con la información que llega a través de los sentidos y con la generación de emociones sociales (vergüenza, confianza, amor, resentimiento).
Alimentar este tipo de neuronas a través de la conexión social con relaciones saludables y evitando relaciones tóxicas, nos hace crecer y evolucionar como personas. Nos hace más humanos. Nuestro cerebro necesita este tipo de actividades, pues tiene un ejército de estas neuronas que necesitan estar en forma (Romo, 2014).
Aunque aún no se sabe bien de qué manera las neuronas Von Economo, junto con otros elementos, hacen posible el comportamiento social, parece evidente que el sistema de socialización tiene que ver con el buen estado y funcionamiento de las mismas (Seeley, 2006).
En otros estudios realizados por los investigadores Eisenberg y Steve (2012), se describe cómo los procesos relacionados con la fisiología de nuestro sistema nervioso responde a la conexión y desconexión social y cómo influyen en nuestra salud. Según este análisis, las personas socialmente bien conectadas, tienden a vivir más tiempo en promedio y logran una vida más saludable a nivel neurológico.
Por todo ello, es fundamental tomarse en serio el tipo de vínculos sociales que establecemos. Pues no sólo contribuyen a nuestro bienestar sino que, además, favorece nuestra salud mental.
CONCLUSIÓN
Si establecer relaciones tiene un efecto en la vitalidad de nuestro sistema nervioso, apuntar a una mejor calidad de vida en términos de vínculos sociales, se convierte en una prioridad.
Por esta razón, opino que buscar maneras de ser más conscientes de los vínculos que establecemos con otras personas, atender a cuál es el efecto que tienen en nuestro cuerpo y que nos aporten información de cómo cuidar las redes sociales que establecemos, y en qué dirección, contribuye a lograr una vida más consciente y saludable.
Cuando entramos en relación con otras personas surgen emociones y sentimientos. Nuestro cuerpo también habla y si lo escuchamos nos daremos cuenta de cuál es el efecto de las relaciones que establecemos en él. ¿Nos contraemos o nos expandimos? ¿nos enfermamos y experimentamos una mayor vitalidad?
A través de la construcción de narrativas, podemos llegar a organizar la experiencia vivida prestando especial atención a las emociones y a los cambios que experimentamos a nivel corporal. Escribir de manera intuitiva se convierte así en una habilidad orientada a crear significados. Esto supone un buen punto de partida para entender la experiencia y dar forma a las acciones que decidimos emprender y a las ideas de quiénes somos cuando nos relacionamos.
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REFERENCIAS
Cacioppo, J.T. y Bernston, G.G. (1992): Social psychological contributions to the decade of the brain: the doctrine of multileve analysis. American psychologist 47: 1019-1028.
Campillo, M. (2011): Aprendiendo terapia narrativa a través de escribir poemas terapéuticos. Disponible en: http://capaf.mx/PDF/pdf_art/aprtn_poemas_terap.pdf
Eisenberg, N. y Cole, S. (2012): Social neuroscience and health: neurophysiological mechanisms linking social ties with physical health. Nature Neuroscience 15 (5): 669-674.
Romo, M. (2014): Entrena tu cerebro. Neurociencia para la vida cotidiana. Alienta editorial. 192 pp.
Seeley, W. Y cols. (2006): “Early frontotemporal dementia targets neurons unique to apes and humans”. Annals of Neurology 60 (6): 660-667.
White, M. y Epson, D. (1990): Medios narrativos para fines terapéuticos. Ed. Paidós.
White, M. (2007): “Trauma and narrative therapy”. Programa Internacional de Estudios sobre el trauma. Disponible en: http://www.dulwichcentre.com.au/trauma-andnarrative-therapy.html
Fascinante…
¡me voy a por lápiz y papel! 😀
Gracias Mery
Muchas gracias,las grietas del alma manan palabras y escribirlas es fantastico.