Yo también acepté el desafío 🙂
A partir de esta semana, las entradas que publique en el Cuaderno Nómada son escritas al compás de las mismas consignas que guían el desafío con todas las letras que entra en su cuarta semana.
Sólo existe una diferencia: irán apareciendo con una semana de desfase en relación al tiempo que las consignas son compartidas con las personas que están participando en el desafío, para no condicionar su práctica 😉
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Me da en la nariz que aquí hay gato encerrado…
El tiempo lo dirá, pero algo me dice que todo saldrá bien…
Éstas son algunas de las expresiones que me vienen a la cabeza cuando pienso en la palabra «intuición».
Si tuviera que dar sus coordenadas para que alguien le pudiera hacer llegar una carta, no tendría ni idea de dónde apuntar. Creo que ni el GPS sería capaz de localizar dónde vive.
Es curioso, porque estoy segura de que todas las personas hemos tenido alguna vez la sensación de que una especie de veleta interna nos indica hacia dónde ir, qué elegir o cómo resolver algo en un momento dado.
Vale, una veleta interna. Dentro. Pero creo que poco más se puede ajustar la localización exacta de la morada de la intuición.
No, no hace falta ser tan puntillosa. Pero es mi tendencia «reticulín» o la cuna en forma de tubo de ensayo descansando en la bancada de un laboratorio la que, probablemente, juega a averiguar cuál es el lugar del cuerpo donde podemos encontrar a la Sra. Intuición. Como hacemos con Don Pensamiento, vaya, que lo localizamos allá arriba, en la azotea. Con Doña no es tan sencillo.
Y, lo cierto es que tampoco es tan raro que tengamos esta dificultad. En sí misma ya es difícil de describir. ¿Qué es la intuición? ¿Algo parecido a un pálpito? ¿A una sensación fuera de los cinco sentidos típicos? ¿Tal vez algo conectado con el llamado sexto sentido? Complicado.
Consigo, al menos, relacionar este concepto con nuestra parte inconsciente. Otra palabra difícil de situar corpóreamente, sí. Por eso deben ser familia.
Algo que hago de manera intuitiva lo asocio con la fluidez, con lo sutil. Lo identifico con una masa líquida, sin borde.
Si fuera una forma geométrica, creo que sería redonda, de cantos rodados, aunque, a decir verdad, no sé si al pensar en intuición me viene algo tangible o con peso específico. Me visitan más bien imágenes como el aire, que no es una imagen ni un cuerpo tal y como tengo integrado el concepto, o como las nubes, que siempre pienso que si existiera la posibilidad de extender la mano para tratar de tocarlas, se escurrirían entre los dedos volatilizándose para convertirse en nada.
Y es ésta justamente, la sensación que conecto con la idea de intuición.
Puedo entrenar la capacidad de estar disponible para escucharla. También puedo desarrollar la habilidad de la percepción, y quedarme ahí, atenta a no perderme la oportunidad de conversar con ella cuando se decida a visitarme. Porque la intuición nos visita. Lo hace continuamente. Pero es tan silenciosa, se acerca haciendo tan poco ruido, que nos pasa desapercibida. Cada cual puede encontrar la forma de conectar con la intuición que le resulte más cómoda y eficaz.
Particularmente, mi campo de entrenamiento es este cuaderno, y otros tantos que estuvieron antes y los que vendrán. Me gusta hablar de escritura intuitiva precisamente por eso. Porque es la herramienta que he descubierto que me facilita traer al consciente aquella información que, inconscientemente, contiene la Doña Intuición que tengo asignada. Claro, éste es otro dato interesante: puede que exista una intuición general. Esto escapa a mi entendimiento. Pero siento que cada persona mantiene el vínculo con una Doña Intuición que tiene información particular para ella.
A mí la intuición puede decirme una cosa en un momento dado, y a tí decirte otra. O, incluso, según el momento, tener pálpitos o sensaciones distintas respecto a una misma situación.
Tampoco para esto hay recetas universales. De lo que me voy dando cuenta es que Doña Intuición, rara vez se equivoca. Puede que no entienda el por qué de una impresión, pero con el tiempo y observando en perspectiva, siempre acabo descubriendo el sentido.
Me gusta considerar el criterio de Doña Intuición. Por esta razón entreno la capacidad de estar a la escucha, y he convertido la escritura intuitiva en un hábito diario.
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Foto: Diana Parkhouse (En: Unsplash)
JosefinaA
Yo conecto intuición con corazón.
Mirá, hasta riman!!! 🙂
Me está encantando el Desafío con Todas las letras!
Gracias!
María
Me alegro de que te esté gustando, Jose 🙂
Un abrazo transatlántico enorme como el Gran Azul